El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, no deja de sorprender con sus comentarios a través de la red social Twitter, y hoy, tras conocer la noticia de la muerte del líder de la Revolución cubana sólo escribió: "Fidel Castro ha muerto".
La reacción de inmediato generó comentarios, a favor y en contra, a través de la plataforma y en internet con cuestionamientos sobre cómo será su política exterior frente a la isla a partir de este momento.
Según analistas, es esperado que el magnate tenga mano dura con el gobierno de Raúl Castro, aunque por su dualidad como empresario, quizá el levantamiento del embargo -iniciado por el actual titular de la Casa Blanca- le favorezca para hacer negocios en la paradisíaca isla.
"Revertiré las órdenes ejecutivas y concesiones a Cuba de Obama hasta que las libertades sean restauradas", dijo Trump en la recta final de la campaña, cuando se hacía necesario asegurar el voto de los cubano-estadounidenses de Florida, el más importante campo de batalla para los aspirantes.
Aunque fue el candidato republicano que logró el menor porcentaje del voto cubano de los representantes del partido, parece dispuesto a cumplirle a los más radicales de la comunidad, como demuestra el que incluyera en su equipo de la transición a Mauricio Claver-Carone, director ejecutivo del grupo de lobby US-Cuba Democracy PAC, férreo opositor a la normalización de las relaciones con La Habana